domingo, 29 de agosto de 2010

TU VIENTO

TU VIENTO
Por Iguana Blanca

El viento que has soplado sobre mi,
ese aire tuyo que has soplado sobre mi,
dulce y caliente, pero envenenado,
me ha barrido, me ha borrado,
ha volado mis sueños
y tu camino ha limpiado.

Ese viento tuyo,
clarifica tu camino
y anula el mío,
ese soplo tuyo,
silbido de tu silencio,
tornado de desconsuelo.

Soplas,
y cierras tus ojos para soplar,
soplas, con los ojos cerrados,
y así, a ciegas,
me has atinado,
con sumo tino me has derrumbado.

Soplas,
y mi cuerpo se hace transparante,
silbas,
y ante ti ya nada aparece,
soplas,
y me desvaneces.

Y el viento que vuelve acarrea mi nombre,
pero no es tu voz la que pronuncia ese nombre,
es un eco, tan solo un eco,
eco del tiempo pasado,
cuando en vez de viento
de tu voz emergía mi nombre junto a un te amo.

Ese viento que has soplado
nos ha marchitado,
tus ojos ha cerrado,
tu vista ha cegado,
mi rostro ha borrado,
mi cuerpo ha difuminado.

Ese viento tuyo ayuda a tus pasos,
aunque la vista te haya costado...
Ahora no me ves pero avanzas impasible,
y aunque estoy aquí,
pero ahora eres ciega
y yo soy invisible.

IB

domingo, 22 de agosto de 2010

La Iguanada de hoy es: POESÍA OSCURA

 EL PECADO
 Por Iguana Blanca

Desdichado aquel que despierta de su letargo
para ser flagelado y castigado,
torturado a golpe seco de verdugo torpe,
cuando ya en su cuerpo corren venas sin sangre,
tan solo un tóxico aire
navegante, flotante como un magre
asesinado de repente con certero golpe,
así perece aquel que escucha su llamado,
proveniente de las luces de la noche que se prenden sobre el gas del fango.

Tan solo pena a quien responde a ese llamado,
a su sonido magro a su sonido groso,
el llamado de la soledad,
de esa soledad que es deseada
de esa soledad amada
y su  sutil sabor a todo y nada,
de amor a la mediocridad,
de mediocridad oculta tras mi rostro nada decoroso,
despalmado… humillado… degollado.

Y así me desvanezco,
con el sonar de su letal silbido
caigo inerte al precipicio,
no hay clamor en derredor
ni murmullo seco desde mi interior,
tan solo queda el sueño que estimula mi dolor,
me precipito loco al verlo sobre aquel resquicio
para alcanzar tan solo el roce de su sombra que se ha ido,
de nuevo escucho su sonido… y perezco.

Y con un soplo del infierno
me levanto envenenado,
con los ojos en la luna y la mano en la garganta,
tambaleante y sin sentido marcho,
voy y vengo a lo largo y a lo ancho
y ante su sombra majestuosa mi sereno cuerpo agacho,
y a sus pies me cubro con su suave manta,
tejida con el hilo que se enrosca en el carrizo de mi pasado,
ese que hoy se desdibuja lejos en este barco de avance lento y de camino eterno.

Y en ese suelo
enrosco mi cuerpo y me revuelvo en sueños,
los sueños más negros y los sueños más grises,
pesadillas dulces para aliviar el alma,
el dolor de mil cruces para ganar la calma,
esa calma que parece solo poseer la palma
cuando la mece el viento en las tardes infelices
paciente y triste navegante firme entre su mar de ensueños,
tan alta ella… pero incapaz de alcanzar el cielo.

Despierto pero no quiero,
me recuesto pero no puedo,
abro los ojos pero no hay nada,
los cierro de nuevo y se me abalanza,
una cruz en su mano y en la otra una lanza,
atraviesa mi cuerpo, crucifica mi alma y me mira con gran templanza
su boca mece, no escucho nada, tan solo el eco de su carcajada,
rendido poso y a sus pies me quedo,
de mi camino borra todo sendero.

Morfeo, ¡Oh Morfeo!
libérame de este sueño,
flagrantes risas mi pensamiento acallan…
En mi letanía el recuerdo de una canción asoma,
por su suerte, no por su razón ha perdido su aroma
mató su corazón y así ha perdido su aroma…

me alzo y miro su faz canalla,
no es un sueño
y no es Morfeo… no es Morfeo…

Me toma y me lleva con mil azotes,
camino perdido, sin rumbo, vacío,
en lo alto un canto y me veo sorprendido,
desde abajo llamas, mi fuego, mi crematorio,
vueltos mis pies cenizas, mi llanto mi purgatorio,
azoto al suelo mis santos, maldigo mi adoratorio,
lanzo mi mano al pecho, mi pecho encendido,
refulgente relámpago lleno de hastío,
alzo mi voz y asesino ese canto, su canto, el canto de tecolotes.

Y ahí, ¡Sí!… Ahí… Ahí… Ahí…


Con la mano en pecho
y frente a un muro viejo,
con rodilla al suelo y con mirada en duelo,
se me grita y se me exclama en mi penitencia de alma,
con su gesto gris y por su mano helada
alzo al norte la mirada,
mi mirada desahuciada,
y con un suspiro de ardiente aliento
me retuerzo y digo esta verdad al viento…

Reconozco que he pecado… Y que seguiré pecando.
IB

lunes, 2 de agosto de 2010

La Iguanada de hoy es: POESÍA LIBRE

SUEÑA, SUEÑA, SUEÑA... 
Por Iguana Blanca

Para Yesenia
Pequeño lucero capaz de
iluminar todo mi sendero.

I

Duerme mi niña,
duerme ya,
que esta noche te pertenece
y nadie te la quitará.

Escucha cantar a la luna,
mira a las aves danzar,
siente el sonido del viento,
observa sus colores y formas,
sé una con el tiempo
y entre las nubes comienza a jugar.
 
Entra en ese mundo encantado de sueños,
que es tuyo y con fiereza voy a vigilar.
 
Adelante hija,
sueña,
no pierdas la inocencia,
es muy pronto aún,
sueña que tienes alas
y charlas con los querubines.
 
Imagina que eres una valiente guerrera que vence a un dragón,
o una pirata audaz que un tesoro ha de encontrar.
 
Sueña que eres grande,
y lo consigues todo...
Pero luego regresa,
vuelve a ser la misma,
aún es muy pronto,
aún eres mi niña.
 
Ten felicidad,
para que sonrías
en las noches apacibles.
Ten magia, para crear
y para creer en cosas encantadas.

Pero también ten miedo.
Si,
no pierdas ese temor a la oscuridad,
a los malos sueños,
para aún poder oír mi nombre
alguna noche llamándome
a tu cama.

Deja que te cuide,
que te proteja un poco,
que te arrulle.

Déjame ser tu ángel de la guarda,
aunque sea una noche más.

Reza una última oración,
canta una última canción de cuna,
deja que te arrope por última vez.

Y sueña, sueña, sueña…

Que aunque mañana despiertes distinta
mi niña por siempre serás.

II

Cierra tus ojos y sueña
que este mundo solo es una ruleta
donde siempre gana el color de tus ojos
y el número de vidas que has venido a alegrar.

Duerme apacible mi niña en tu cama,
que cien ángeles vigilan tu noche
y mil hadas iluminan su oscuridad.

Descansa pequeña en tu cama,
que los duendes ocultos tras el ropero
mientras sueñas optarán por jugar.

Sueña angelita,
sueña y no dejes de soñar,
que de tus mejillas un beso me voy a robar
antes de dormir a tu lado y juntos comenzar a soñar.

IB

Dibujo de: Luna de Chocolate (a mi mejor amiga, gracias por ilustrar mis poemas)



Con la plena seguridad de que nos encontraremos más adelante en el sinuoso camino de la vida, IB se despide dejando como siempre su correo deonde se reciben todas sus sugerencias, dudas y comentarios, o bien pueden comentar al pie de la entrada, la opción está a lado de la iguana. Saludos.

"Buena vibra, para una buena vida"

iguana.blank@gmail.com